Puntos Básicos del entrenamiento

Ejecución técnica correcta:

Para desarrollar el método interno del Luohan Chi Kung, hemos de lograr en primer lugar, que el practicante ejecute la técnica física de forma correcta, o sea el realizar el movimiento de manera que responda a la intención para la que ha sido creado.

Percepción de sensaciones:

Posteriormente en el entrenamiento no solo debemos ver el «como» se realiza, sino que además, debemos percibir las sensaciones que el mismo provoca en nuestro interior, en como las incrementamos, armonizamos y las utilizamos para nuestro desarrollo. La técnica correcta, (elemento necesario pero insuficiente) unida al movernos suave y relajadamente, nos darán las condiciones para que la «sensación» se produzca. La sensación no tiene que ser necesariamente «sutil». Podemos sentir Pesadez/ligereza, relajación/extensión, dolor/placer, plenitud/vacío, etc., como elementos presentes en la práctica con una cierta intensidad.

Enfocado el entrenamiento a la percepción de la sensación, y convertido en el eje de la práctica, hemos de seguir valorando nuestro progreso, por lo que volver la vista atrás de cuando en cuando y repasar el entrenamiento de la técnica correcta, nos permitirá mejorar aún más si cabe esta percepción.

Por otra parte, poco a poco iremos mejorando el trabajo de escucha y apreciando además de las primeras sensaciones, de índole «física», otras menos evidentes y de naturaleza más sutil. Algo parecido a intentar escuchar un instrumento cuando está sonando una orquesta entera.

La Respiración:

Otro componente en el entrenamiento a tener en cuenta, es la respiración y de nuevo, a varios niveles. El primero es el puramente técnico o físico. Se trata de practicar tanto respiraciones abdominales, torácicas, con retención, etc. En base a una técnica determinada.

Analizar como la respiración influye en la sensación, que el ejercicio ya producía antes y como se pueden intensificar o modular será el siguiente paso. Es importante ser sensatos con respecto a la respiración, si bien hay un margen de maniobra dentro del cual podemos controlar la respiración para adaptarla a los distintos ritmos de cada ejercicio, en general son estos, los que deben ajustarse a nuestro ritmo respiratorio y no al revés.

Hemos de subrayar que la mayoría de las personas respiran a un nivel de pura supervivencia (como de hecho sucede), inspirando y expirando de forma precipitada y superficial, como si el aire les quemase. Siendo en realidad la respiración un instrumento que nos conecta con ciertas facultades de nuestro cuerpo y de nuestra mente, pero que sin el dominio de la respiración, estos permanecerán latentes.

La práctica interna del Chi Kung nace de la unión de todos estos elementos, técnica, sensación y respiración, junto con la intención, la atención, la relajación y la consciencia.

 Podemos decir que: “la intención dirige la práctica, la atención continuada centra la mente y aumenta nuestra sensibilidad, la sensibilidad que nace fruto de la atención distingue entre sutiles sensaciones de otro modo imperceptibles, la relajación elimina el “ruido” en nuestra sensibilidad, clarificando el proceso y desbloqueando las tensiones, y por último, la consciencia surge”.

Aunque la práctica interna pueda ser más o menos placentera y agradable, la razón de ser de la misma, es conseguir unos determinados beneficios, ya sean de salud, marciales o cualesquiera otros. Se trata de ir integrando habilidades y aptitudes en nuestro cuerpo y nuestro arte, de forma que ya no puedan ser desligadas en la práctica y se encuentren presentes de un modo automático, sin precisar de una intención y atención expresas.